Trump mostró lo bajo que caería en inmigración

English translation provided at the end.



LA PRENSA
Redacción

Justo cuando pensabas que él no podía caer más bajo, lo hizo. Lo que ha hecho el presidente Donald Trump es presionar a la secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, para que llevara a inmigrantes indocumentados detenidos en buses a las ciudades santuario ubicadas en los distritos del Congreso de destacados miembros demócratas del Congreso, incluida la presidenta Nancy Pelosi, demócrata por California.

La política migratoria empleada por el actual presidente de EEUU ha sido una de las más duras de los últimos 30 años, según analistas.

La política migratoria empleada por el actual presidente de EEUU ha sido una de las más duras de los últimos 30 años, según analistas.

Nielsen fue removida de su puesto el domingo de la semana pasada, la primera de una purga más amplia dentro del Departamento de Seguridad Nacional ejecutada por Trump en los últimos días.

El cinismo es altísimo. El principal asistente del presidente, Stephen Miller, promovió esta idea en dos ocasiones bajo la creencia de que si podían poner a los inmigrantes indocumentados en los patios traseros, casi literalmente, de los opositores de los planes de inmigración de línea dura del Gobierno, esos opositores cambiarían de opinión.

O, al menos, haría sus vidas más difíciles, publicó el fin de semana pasado CNN en español en un editorial.

Trump confirmó el plan reportado en varios tuits el viernes: “Debido al hecho de que los demócratas no están dispuestos a cambiar nuestras muy peligrosas leyes de inmigración, estamos, como informamos, dando fuertes consideraciones a la ubicación de inmigrantes ilegales sólo en ciudades santuario” (…) ¡Así que esto debería hacerlos muy felices!”, escribió.

Los tuits de Trump contradicen lo que los funcionarios del Gobierno dijeron un día antes: que la política de transporte en autobús había sido planteada y descartada. Los tuits del presidente sugieren que permanece bajo activa consideración.

El hecho incluso de que sea considerado dice mucho sobre cómo Trump (y Miller) ven no sólo la actual crisis en la frontera, sino a los seres humanos en general.

Porque esto es, en el fondo, una historia sobre personas, continúa diciendo el editorial. Personas que intentaron ingresar ilegalmente al país, sí. Pero, no obstante, personas. “Y lo que el presidente de Estados Unidos quería hacerles a estos seres humanos era convertirlos, literalmente, en peones políticos”.

También, asegura, que lo que deseaba era envíalos a algún lugar para que puedan, tal vez, “lograr un objetivo político suyo y, si no es así, simplemente hacer las cosas más incómodas para sus oponentes políticos”.

Y luego recuerda que esta es la misma administración que instituyó una política de tolerancia cero en la frontera que llevó a separaciones masivas de familias, incluidos niños muy pequeños. Y aparentemente no tenía una política establecida sobre cómo rastrear adónde iban los niños después de que se separaron de sus padres o alguna pista real sobre cómo reunirlos una vez que Trump pidió que se pusiera fin a la política.

Pero también, ha declarado una emergencia nacional, propuesta que ha sido legalmente rechazada. Pero con esa propuesta pudo desviar fondos apropiados para otros fines, con el fin de construir un muro que incluso los que apoyan la inmigración de línea dura no creen que sea la solución.

Google Translation

Just when you thought he could not fall lower, he did. What President Donald Trump has done is pressure the Secretary of the Department of Homeland Security, Kirstjen Nielsen, to take undocumented immigrants detained on buses to the sanctuary cities located in the congressional districts of prominent Democratic members of Congress, including Congress. President Nancy Pelosi, Democrat for California.

Nielsen was removed from his post on Sunday last week, the first of a broader purge within the Department of Homeland Security executed by Trump in recent days.

Cynicism is very high. The president's chief aide, Stephen Miller, promoted this idea twice in the belief that if they could put undocumented immigrants in the backyards, almost literally, from opponents of the government's hardline immigration plans, those opponents would change their opinion.

Or, at least, it would make their lives more difficult, he published CNN in Spanish in an editorial last weekend.

Trump confirmed the plan reported in several tweets on Friday: "Due to the fact that the Democrats are not willing to change our very dangerous immigration laws, we are, as we informed, giving strong considerations to the location of illegal immigrants only in sanctuary cities" (...) So this should make them very happy! "He wrote.

Trump's tweets contradict what government officials said a day earlier: that the bus transport policy had been raised and ruled out. The president's tweets suggest that he remains under active consideration.

The fact that he is even considered says a lot about how Trump (and Miller) sees not only the current crisis on the border, but human beings in general.

Because this is, in the end, a story about people, the editorial continues. People who tried to enter the country illegally, yes. But, nonetheless, people. "And what the president of the United States wanted to do to these human beings was to literally turn them into political pawns."

Also, he says, what he wanted was to send them somewhere so that they can, perhaps, "achieve a political goal of their own and, if not, simply make things more uncomfortable for their political opponents."

And then remember that this is the same administration that instituted a policy of zero tolerance on the border that led to massive separations of families, including very young children. And apparently he did not have an established policy on how to track where the children went after they separated from their parents or some real clue about how to reunite them once Trump called for an end to the policy.

But also, it has declared a national emergency, a proposal that has been legally rejected. But with that proposal, he was able to divert appropriate funds for other purposes, in order to build a wall that even those who support hard-line immigration do not believe is the solution.