CONOCER LA HISTORIA PARA NO REPETIRLA
/English translation provided at the end.
NICARAGUA
Joshy Castillo
joshy.castillo@gmail.com
Nicaragua tiene casi doscientos años de vida republicana, pero ha tenido una vida política convulsa gracias a políticos, intervencionismos, revoluciones y a ese espíritu de guerreros que nos sigue a todos lados.
Desde 1800 y pico cuando conservadores y liberales pactaron por gobernar alternadamente, no ha habido 30 años seguidos de paz en Nicaragua. José Santos Zelaya, liberal, y con espíritu progresista, no logró sentar las bases sólidas para una verdadera república.
La dinastía Somoza, la primera dictadura encabezada por Anastasio Somoza García y quien asesino al guerrillero Augusto C. Sandino, se instauró por 50 años y tuvo que ser sacada a balazos. Otra dictadura se montó esta vez por los llamados sandinistas, quienes pregonaron traer el pensamiento de Sandino de no intervención, acabar con las injusticias, terminar con la pobreza, pero sucedió lo contrario: Nicaragua entró a una guerra entre hermanos, las intervenciones cubanas y rusas dominaron el país, la pobreza aumento aceleradamente y el Servicio Militar Obligatorio se llevó a miles de jóvenes a la muerte. El sandinismo fue una dictadura igual o peor que la de los Somoza.
Treinta años después, estamos en dictadura nuevamente, con los mismos protagonistas: Ortega y su familia. Diecisiete años después de ser derrotado en las urnas por doña Violeta Barrios de Chamorro, Ortega regresó al poder gracias a los malos hijos de Nicaragua. Arnoldo Aleman, el sucesor después del periodo de doña Violeta, ejecutó un pacto con Ortega que les permitió repartirse los poderes del estado.
Según analistas, Ortega siempre ha querido mantener a Nicaragua en zozobra para después aparecer como el salvador de la situación.
La llegada de Chávez al poder en Venezuela fue lo mejor que pudo pasarle. 3,500 millones de dolares entraron a Nicaragua con el acuerdo entre ambos países por la factura petrolera. Ortega creo una serie de empresas para diluir ese dinero. La corrupción creció en un país cuya línea de la pobreza se traza en dos dolares, lo que una familia en extrema pobreza ingresa cada dia a su hogar para poder sobrevivir.
Hace once meses el pueblo de Nicaragua despertó y se mantiene en resistencia para sacar a Ortega del poder. Más de 500 muertos, desaparecidos, heridos y encarcelados, documentado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, atestiguan los crímenes.
¿Por qué recordar todo esto? Porque los nicaragüenses tenemos la tendencia a olvidar y a repetir la historia. Los jóvenes están haciendo historia y son ellos los que levantaran la bandera de la democracia, la libertad y la justicia en un futuro muy cercano. Pero debemos conocer la historia para no repetirla: no más caudillismos, no más corrupción, no más pactos, no más injerencias, no más dinastías, Nicaragua volverá a ser República tal y como la soñó el periodista Pedro Joaquín Chamorro.
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Nicaragua has almost two hundred years of republican life, but it has had a convulsed political life thanks to politicians, interventionisms, revolutions and that spirit of warriors that follows us everywhere.
Since 1800, when conservatives and liberals agreed to alternately govern, there have not been 30 years of peace in Nicaragua. José Santos Zelaya, liberal, and with a progressive spirit, failed to lay the solid foundations for a true republic.
The Somoza dynasty, the first dictatorship headed by Anastasio Somoza García and who murdered the guerrilla Augusto C. Sandino, was established for 50 years and had to be shot. Another dictatorship was mounted this time by the so-called Sandinistas, who trumpeted Sandino's thought of non-intervention, ending injustice, ending poverty, but the opposite happened: Nicaragua entered a war between brothers, Cuban and Russian interventions they dominated the country, poverty increased rapidly and the Mandatory Military Service took thousands of young people to their deaths. Sandinismo was a dictatorship equal to or worse than that of the Somozas.
Thirty years later, we are in dictatorship again, with the same protagonists: Ortega and his family. Seventeen years after being defeated at the polls by Mrs. Violeta Barrios de Chamorro, Ortega returned to power thanks to the poor sons of Nicaragua. Arnoldo Aleman, the successor after Doña Violeta's period, executed a pact with Ortega that allowed them to share the powers of the state.
According to analysts, Ortega has always wanted to keep Nicaragua in distress and then appear as the savior of the situation.
The arrival of Chavez to power in Venezuela was the best thing that could happen to him. 3,500 million dollars entered Nicaragua with the agreement between both countries for the oil bill. Ortega created a series of companies to dilute that money. Corruption grew in a country whose line of poverty is traced in two dollars, what a family in extreme poverty enters every day to their home to survive.
Eleven months ago, the people of Nicaragua woke up and remained in resistance to get Ortega out of power. More than 500 dead, disappeared, wounded and incarcerated, documented by the Inter-American Court of Human Rights, testify to the crimes.
Why remember all this? Because we Nicaraguans tend to forget and repeat history. Young people are making history and it is they who will raise the banner of democracy, freedom and justice in the very near future. But we must know the history so as not to repeat it: no more caudillismos, no more corruption, no more pacts, no more interference, no more dynasties, Nicaragua will be a Republic as it was dreamed by the journalist Pedro Joaquín Chamorro.
Joshy Castillo is a journalist
@JoshyCastillo
joshy.castillo@gmail.com