Un abogado que decidió seguir sus sueños

En cuanto al arte y manualidades, los estudiantes de Peter eran un tanto competitivos; como ejemplo de ello, en cuanto uno de sus estudiantes decidió hacer una calcomanía para la laptop de su profesor, los otros no se quedaron atrás.

En cuanto al arte y manualidades, los estudiantes de Peter eran un tanto competitivos; como ejemplo de ello, en cuanto uno de sus estudiantes decidió hacer una calcomanía para la laptop de su profesor, los otros no se quedaron atrás.

Ashley Martínez-Torres
LA PRENSA Iowa

En un salón de clase ocupado por los estudiantes del séptimo grado, localizado en la high school de Storm Lake, se encuentran algunos dibujos y manualidades que los estudiantes hicieron a lo largo del año escolar: dibujos, posters e incluso un ejército de ranas de papel que se encuentran en plena guerra contra la fuerza aérea de pingüinos de papel, comandados por su capitán cerdo.

Si mi narrativa te ha confundido, imagina la expresión de Peter Leo, su maestro, cuando llegó al salón después de tomar un descanso de 30 minutos y se topó con las paredes, los cajones, las persianas y el techo lleno de animales de papel. Su confusión y sorpresa no duró mucho porque simplemente era otro día en la escuela rodeado de las ocurrencias e imaginación de sus alumnos.

“Adoro la creatividad e imaginación de mis estudiantes,” dijo Peter. “Me gusta darles el permiso de hacer sus manualidades en el salón porque así aprendo sobre ellos y lo que les gusta.”

Como un maestro de estudios globales contemporáneos que comenzó su carrera apenas el año pasado, Leo ha hecho lo posible por mantener a su clase interesante ya que las regulaciones a causa del Covid-19 obligaba a los maestros y estudiantes a pasar dos semanas en el mismo salón mientras estudiaban la misma materia, lo cual puede llegar a ser tedioso para muchos.

Ilustraciones hechas por los estudiantes de séptimo año, entre ellas se encuentra la mascota del salón Damarcus el dragón.

Ilustraciones hechas por los estudiantes de séptimo año, entre ellas se encuentra la mascota del salón Damarcus el dragón.

“Le tengo un gran respeto a los maestros de primaria'', Peter confesó. “Ese respeto incrementa día a día, verás, mantener al mismo grupo de estudiantes enfocados en la misma materia todos los días, no es sencillo.”

Ya sea porque es un principiante como maestro o porque no tenía planeado cómo decorar su salón, Peter apoya totalmente la creatividad de sus estudiantes, lo que ha probado no solo ser beneficioso para él sino para el aprendizaje de sus estudiantes.

La forma en la que los estudiantes son calificados en su excelencia académica se basa en una escala del uno al cuatro: uno significa que el estudiante no comprende el tema, y un cuatro significa que el estudiante comprende el tema completamente. A pesar que Peter, como todo maestro, aplica exámenes para medir el  aprendizaje de sus estudiantes sobre el tema, el también provee otras opciones

“Cada estudiante aprende a su manera, así que me gusta darles la opción de cómo quieren demostrar que comprendieron el material que aprendimos en clase,” dijo Peter 

Sunny Moon Flower, una de sus estudiantes, creó la pieza llamada ‘El costo humano de la industrialización,’ en el cual ilustró y creó una narrativa para explicar la vida durante ese periodo. Sunny decidió presentar su arte en vez de el exámen.

Sunny Moon Flower, una de sus estudiantes, creó la pieza llamada ‘El costo humano de la industrialización,’ en el cual ilustró y creó una narrativa para explicar la vida durante ese periodo. Sunny decidió presentar su arte en vez de el exámen.

De la corte al salón de clase

Solo dos años atrás, Leo trabajaba como abogado, a lo cual se dedicó por casi 10 años. Sin embargo, ser abogado nunca fue su primera opción.

Peter, como cualquier otro estudiante a punto de entrar a la universidad, se preguntó “¿qué es lo que me veo haciendo toda mi vida?”

El convertirse en maestro e involucrarse en las actividades de béisbol fueron dos cosas que en ese momento se sentían correctas para él, pero cuando compartió sus planes con sus padres ellos le pidieron que reconsiderara sus planes.

“Mis padres se sorprendieron al escucharme [que quería ser un maestro], y al final me convencieron de ir a la escuela de leyes.” 

Peter cumplió el deseo de sus padres, pero no el suyo y al pasar el tiempo se dio cuenta que su trabajo no lo hacía feliz. Él dice que una de las cosas de su carrera como abogado que lo hacían sentirse bien era “ayudar a la gente,” pero al mismo tiempo una de sus peores frustraciones, “era ver a la gente que necesitaba ayuda pero no podían pagar sus servicios. Esas situaciones eran muy difíciles y dolorosas para mí.”

Los años transcurrieron, y él continuaba ejerciendo la abogacía, pero con el corazón chispeando de necesidad por ejercer su propio propósito de vida. 

“Mis padres siempre fueron una gran influencia en mi vida y en mis decisiones.” Y aunque ellos no lo obligaron a estudiar abogacía, ellos querían que Peter fuera un abogado. “Me dije a mi mismo que estudiaría para ser un abogado porque quería hacer feliz a mis padres, pero al mismo tiempo fue una decisión muy dolorosa, pues yo sabía que mi inclinación era ser un maestro.”

No fue hasta el año pasado, cuando se mudó con su esposa e hijos a Storm Lake que Peter se dio cuenta que por su bienestar y el de su familia, tenía que tomar una decisión que iba a cambiar el rumbo total de su vida.

“Solo hay una vida para vivirla y no la quiero desperdiciar en algo que no me hace feliz. Dejé mi trabajo de abogado y regresé a estudiar para obtener mi licencia de maestro.”

No cabe duda que cuando Peter habla sobre sus estudiantes y su trabajo como maestro, no sólo exterioriza felicidad y pasión, sino que también dice sentirse orgulloso de haber alcanzado su sueño inicial; ser un maestro. 

“Si yo me viera en el pasado y me dijera a mí mismo que en el futuro iba a ser un maestro, nunca me lo hubiera creído.” 


Translation

The Lawyer that decided to follow his dream



Ashley Martínez-Torres
LA PRENSA Iowa

In the 7th grade classroom, located at Storm Lake High School, you can find the art and crafts that the students created through the school year: drawings, posters and the army of origami frogs who are at war against the origami penguins air force, leadered by the captain pig.

If the narrative turned confusing, just imagine the confusion of their teacher Peter Leo when he came back to the classroom after a 30 minute break to find the walls, drawers, window blinds and ceiling full of origami animals. However, his confusion wouldn’t last long and it would just be another day at school surrounded by the creativity of his students.

“I love my students’ creativity and goofiness,” Leo said. “I let them do all this art and crafts in the classroom because I like learning about them and what they are into.”

As a contemporary global studies teacher that started his career just last year, Leo has tried his best to keep his class interesting since the regulations for Covid-19 forced him and his students to spend two weeks in the same classroom studying the same subject, which for many can become tedious.

“I have a lot of respect for elementary teachers,” He confessed. “Every day I respect them a little bit more, because keeping the same group of kids engaged in the class is not so easy.”

Whether it’s because he’s new in the job or because he didn’t plan how to decorate his classroom, Leo fully supports his student’s creativity. This has not only benefited him but his students’ learning process.

The grading system that teachers use to grade middle school students is based on a scale from one to four: one means that a student is struggling to understand the material in class, meanwhile a four means that student understands the material completely. 

Even though Peter, like any teacher, applies exams to test his students' knowledge, he also gives alternative options like 

“Every student learns in their own way, so I give them the choice in how they want to show me they understood the material in class, ” he said. 

From the Court to the classroom

Just two years ago, Leo worked as a lawyer, something he did for 10 years; however, that was never his first career choice.

Like any other student about to go to college, he asked himself, “what is something I see myself doing for the rest of my life?”

Becoming a teacher and being involved in baseball felt right for him back then, but when he shared his plans with his parents they made him reevaluate his plans.

“They were surprised to hear [I wanted to be a teacher], but then kind of convinced me to take the law school path instead.”

Peter complied with his parents advice to become a lawyer, but as time went by he realized that his career didn’t make him happy nor fulfill him.

One of the things that made him happy about his job was “being able to help others,” but at the same time his frustration would be bigger whenever “I couldn’t help [my clients] because they couldn’t afford my services. It was hard to see them leave [discouraged].” 

Even though his parents didn’t force him to follow the law school path, they were a great influence in his life and decisions; as a result, Leo wanted to make them proud of him.

It wasn’t until last year after he moved to Storm Lake along with his wife and kids that he realized he took a decision that changed his and his family’s life for the best.

“There's only one life to live and I wasn’t going to waste it on something that made me unhappy, so I left my job as a lawyer and went into the Morningside College’s teacher intern program.”

There’s no doubt that when Leo talks about being a teacher and his students, not only his face shines with passion and pride, but he’s also glad that he decided to follow his dream job: being a teacher and baseball coach.

“If I went back to the time I decided to be a lawyer and told myself I was going to become a teacher in the future, I would’ve never believed it.” 

Leo’s students seemed to be competitive when it came to art. For example: when one of them decided to make a sticker for his teacher’s laptop, many more followed.

Leo’s students seemed to be competitive when it came to art. For example: when one of them decided to make a sticker for his teacher’s laptop, many more followed.

Sunny Moon Flower, one of his students, created a piece called ‘The Human Cost of Industrialization,’ in which she illustrated and created a narrative to explain life during that time. Flower chose to present her artwork instead of taking an exam.

Sunny Moon Flower, one of his students, created a piece called ‘The Human Cost of Industrialization,’ in which she illustrated and created a narrative to explain life during that time. Flower chose to present her artwork instead of taking an exam.

Illustrations created by the students, one of them being Damarcus the dragon, the class mascot.

Illustrations created by the students, one of them being Damarcus the dragon, the class mascot.